Como ya he mencionado en alguna ocasión,
a lo largo de mi vida he logrado cosas que, en su momento, me parecieron muy
difíciles de alcanzar.
Algunas de las más especiales para mí han
sido: estar en el top 5% sobre las miles de personas que se presentan al GMAT,
ser uno de los 20 mejores asociados del departamento de mercados financieros de
un banco de inversión en Londres y vivir en la playa dedicándome al trading desde hace más de dos años.
Ya sea en el GMAT, en el banco o en el
trading, mucha gente empezaba el camino conmigo, tenían la misma preparación,
la misma ilusión y la misma –o más– capacidad, pero día tras día se iban
cayendo porque no tenían tiempo, porque tenían mucho trabajo o porque era muy
duro.
En mi caso, podría haberlo dejado cuando
al empezar el curso preparatorio para el GMAT ni siquiera entendía el inglés del profesor, o cuando
caí enfermo en Santiago de Chile por intentar destacar en el banco a la vez que
estudiaba un máster part-time (lo que me hacía trabajar hasta medianoche y
luego estudiar hasta la madrugada), o cuando pasé una racha de sequía en el trading
y prácticamente no gané nada en varios meses. Pero decidí aguantar, seguir
luchando un poco más. Y superé el GMAT, destaqué en el banco y volví a ganar en
el trading.
Lo mismo cuentan los SEALs respecto a
superar el BUD/S, uno de los entrenamientos más duros que existen y que incluye
una semana, la Hell Week, en la que prácticamente no se duerme entrenando y realizando
maniobras bajo presión. El truco para superarlo es –simplemente– no rendirse.
Aguantar hasta la siguiente comida: primero hasta el desayuno, luego hasta la
comida, luego hasta la cena.
Sigue, no busques excusas para rendirte (siempre
las hay). Sólo aguanta.
Eso llevo haciendo ya varios años con el trading. Ya he pensado en dejarlo muchas veces, pero cuándo estoy con la cara en el fango, otra vez veo "las señales" y algo me empuja a seguir.
ResponderEliminarGracias por el artículo.