Un día en la City I

Puede que alguna parte de este relato sea exagerada o esté lejos de la realidad. O también, puede que no.

Suena el despertador. Las 5:50, otro día que no consigo dormir ni 5 horas (estuve hasta pasada medianoche confirmando órdenes con los traders de Asia). Voy a la cocina. Pongo en un bol 100 gramos de avena, 25 gramos de proteína de chocolate, 25 gramos de proteína de cappuccino, 5 gramos de creatina y una cucharada de maca. Añado leche de soja light. Me tomo un multivitamínico, un comprimido con glucosamina para reforzar las articulaciones y una capsula de Omega 3.

Mientras desayuno, veo en el iPad la mesa final del PCA Super High Roller (un torneo de póker en el que participar cuesta cien mil dólares). Juega el CEO de uno de los Hedge Funds con los que trabajamos, queda sexto. Me voy a la ducha.

El traje que me pongo hoy es gris oscuro de Loro Piana, lleva mis iniciales grabadas en el interior. La chaqueta es de dos botones y los pantalones son ajustados, no me gusta que sobre tela, da un aspecto desaliñado y poco elegante.

Lo llevo con camisa blanca y una corbata Carolina Herrera azul marino. Cojo una bufanda (también Carolina Herrera), mi chaqueta Canada Goose y salgo a la calle.

Otra vez lloviendo. Bajo Marylebone High Street, paso St. Christopher´s Place y llego a la estación de Bond Street. Las 6:40, me subo en el metro.

A la salida sigue lloviendo pero ahora, además, hace viento. Canary Wharf es un asco. Me cruzo con mi jefe, no para en el paso de cebra. Veo que ha cambiado su Ferrari negro, un 458 Italia, por un Mini. Algo no funciona...