Me despierta el avión al tocar tierra.
Son las tres de la tarde y acabamos de aterrizar en Ibiza.
Voy directo a recoger el coche de
alquiler. Alquilo Hertz, los hay más baratos pero no están en la terminal del
aeropuerto y el engorro no vale la pena.
Cenamos en Sunset Ashram, temprano para
ver la puesta de sol. No recuerdo qué comimos, sólo recuerdo las vistas.
Al día siguiente, me levanto pronto para
nadar en Cala Llonga. Al rato aparece mi chica y nos vamos a comer a Amante.
En el coche, por carreteras en las que
parece que te has perdido, suena Reality de Lost Frequencies.
“I
can fly high,
I
can go long.
Today
I got a million,
tomorrow,
I don't know.”
Y en ese momento siento algo especial. Sonrío.
Hay viajes que tienen una canción y éste es uno de ellos.
Llegamos a Amante, al entrar las vistas
impresionan. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, aquí vale más que
diez mil.
El de la mesa de al lado –a mi derecha– lleva un Richard Mille. Está lejos pero creo que es un RM 011 Flyback Chronograph Black Phantom.
El de la mesa de al lado –a mi derecha– lleva un Richard Mille. Está lejos pero creo que es un RM 011 Flyback Chronograph Black Phantom.
Comemos arroz negro y rodaballo. Tomamos
café. Y después, más vino blanco. Alargamos la sobremesa hasta que nos tenemos
que marchar o no llegaremos a nuestra reserva para la cena.
Llegamos a Lío. Justo al empezar el
espectáculo llega la cena, compartimos una trilogía de tartar y un risotto con
trufa. De principal pido Gallo de San Pedro. Para beber un Riesling.
Caro, pero hay que gastar más en
experiencias que en cosas, ¿no?
Me levanto tarde y con resaca. Antes de coger
el avión (si puedo, me gusta volar a la hora de comer para evitar madrugones
innecesarios) pasamos por Passion Café a por la comida. Desde que probé sus
batidos de proteínas, mi batido post-entreno no ha vuelto a ser el mismo.
Vamos en el coche de camino al
aeropuerto. Aquellas vistas grabadas a fuego en mi retina. Y vuelve a sonar la
canción.
Me alegro que lo disfrutases. He estado una vez en ibiza, y no sabía que existía el restaurante Amante. He visto la web y es impresionante, excepto la carta de vinos. Para mi escasa.
ResponderEliminarUn saludo Javi
Gracias Corcha. La verdad que el sitio no destacó por la carta pero las vistas y el ambiente hace que sea una experiencia totalmente recomendable.
EliminarVamos a tener que hablar más de vinos tú y yo ;)
Un saludo.